Algo que suele
ser muy habitual cuando tu hijo/a tiene algún tipo de discapacidad son las
visitas al hospital. Los que nos seguís habitualmente sabéis que nosotros al
menos 4 o 5 veces al años visitamos urgencias o la planta de pediatría, depende
de cómo este llevando el invierno y como de controlada este la epilepsia en ese
momento.
Antes de nacer
Nacho la organización en esas ocasiones era mucho más sencilla, tanto los
abuelos como su padre y yo nos turnábamos para quedarnos en el hospital. Desde
que nació el pequeño de la casa, la cosa ya no es tan fácil: él se queda con
los abuelos y nosotros nos turnamos con Diego. Esto hace que apenas nos vea salvo
un poco antes de acostarse y un ratito por la mañana en el desayuno.
Hasta ahora
parecía que no se daba mucha cuenta de lo que pasaba, sin embargo ya en este
ultimo ingreso de Diego, nos dimos cuenta que el notaba que la rutina no era la
misma, que veía poco a sus padres y que su hermano no estaba en casa. Es obvio
que este conocimiento va a ir a mas conforme Nacho vaya creciendo y tenemos que
tener presente que no siempre va a aceptarlo de buen grado.
Para un niño
es muy fácil interpretar que su hermano recibe mucha más atención porque es ¨el favorito¨, no entendiendo que pueda
tener unas necesidades especiales distintas a las de él. El necesita estar con sus padres, que le
presten atención, que pasen tiempo con el…….y su hermano con discapacidad lo
impide. Ese es el resumen de la
situación que entienden los niños.
Hacerles
entender que no es así es una tarea difícil que debe incluir los esfuerzos de
todos los que están al lado del hermano, no solo de sus padres. Ya habíamos
hablado de lo importante que es el hecho de hacerle partícipe de la situación
real de su hermano con discapacidad, explicándole lo que le pasa y
manteniéndole informado, con el fin de
evitar, en la medida de lo posible que aparezcan esos sentimientos negativos o
que imagine que su hermano esta peor de lo que esta realmente.
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