lunes, 6 de junio de 2016

MAS Y MEJOR EN COMPAÑIA

“Nadie puede entender por lo que estoy pasando”

Esta es la afirmación que suele marcar los pensamientos de todas las personas afectadas de forma directa o indirecta por una enfermedad o discapacidad. Solemos repetirla como un mantra, lo que nos provoca un sentimiento de aislamiento e  incomprensión.

Nada más lejos de la realidad.

Siempre hemos dicho que hasta que no empezamos a acudir a Atención Temprana no encontramos gente que hablara nuestro mismo idioma, que diese respuesta a esas preguntas que se nos agolpaban y que supiesen realmente como nos sentíamos en ese momento.

A partir de ese momento nos dimos cuenta de que, cada vez que coincidíamos con otros padres en una situación igual o parecida a nosotros, bien en la sala de espera de una terapia, en el programa de terapia acuática o incluso en la consulta de algún especialista, nos liábamos a hablar de los pequeños, de sus tratamientos, sus peculiaridades, lo que nos va bien para esto y lo otro, lo que no repetiremos….y un largo etcétera de informaciones a compartir y cosas que aprender.

Visto esto, comprendimos lo beneficioso que resultaba estar en contacto con gente que se encontraba en la misma, o muy parecida, situación que nosotros. 

Es así como llegamos a asociarnos a la Asociación Nora, seguro que ya nos habréis oído hablar muchas veces de ella,  dedicada a personas con parálisis cerebral y/o discapacidad psíquica, y a Aspace, la Asociación de Ayuda a Personas con Parálisis Cerebral, que es donde va al cole de Diego.

Sin embargo no creáis que es algo general, parece que en este mundo de la discapacidad tendemos a no querer comprometernos en grupo, quizá las diferentes patologías que existen ya solo dentro de la parálisis cerebral, por ejemplo, hace que a la gente le cueste postularse. Quizá también muchos lo vean como una forma de encasillarse o estigmatizarse, no lo se, ni lo entiendo, la verdad sea dicha. 

Lo que hay, hay, y no por negarlo, esconderlo o no compartirlo va a desaparecer por arte de magia.

Lo gracioso de estos casos es que esas personas son las primeras que, en cuanto coincides con ellas, a la mínima oportunidad te cuentan hasta la primera visita al pediatra e, incluso, se muestran reivindicativas en cuanto a derechos que deberían tener, pero todo en singular y solitario.


Nuestra vivencia como socios es la prueba de que compartir nuestras experiencias nos ayuda a salir de esa espiral de incomprensión que siempre nos ronda. 

Es la prueba de que no estamos solos en nuestra lucha y además hace que cualquier reivindicación que quieras emprender llegue mucho más alto que si lo haces aisladamente.

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