Hace tiempo os hablamos de la silla que usabamos en el coche con Diego, era una silla normal con la que estabamos encantados, pero el tiempo ha pasado y se le quedó pequeña.
Para sustituirla pensamos en nuestra frase de que nada es imposible y empezamos a buscar entre las sillas que hay en el mercado, hicimos un análisis importante buscando sillas que fueran algo reclinables y encontramos algunas, pero tras probarlas Diego no terminaba de ir bien en ellas, en cuanto circulabas un poco acababa quedando en mala postura, por lo que resignados empezamos a buscar una silla adaptada.
Es sorprendente que en un mundo en el que hay tanto de todo, haya tan poca oferta de sillas de coche adaptadas y más sorprendente sus precios, que llegan a ser más de 10 veces el de una silla convencional.
Otro problema que se plantea es que estas sillas no las hay en ningún sitio y las tienes que escoger por catálogo, así que además s gastarte un dineral no estás seguro de que sea la idonea para el niño.
Nosotros con la cabezonería que nos caracteriza conseguimos que una ortopedia nos pidiera una para probar y además aprovechando que cambiaba el modelo nos la quedamos a un precio mas "razonable".
Lo más importante es que ahora Diego viaja cómodo y seguro y eso hace que se nos olviden otras cosas, pero es una vergüenza que no exista ni una sola ayuda para este tipo de artículos, que son a día de hoy imprescindibles para desplazarte con el niño, lo que unido a unos precios a los que no termino de encontrar explicación hace que en muchas ocasiones nuestros niños especiales se vean viajando de forma incómoda e insegura.