Al
hilo de lo que hablábamos sobre el Manual elaborado por MRW
para hermanos de niños con discapacidad, sobre los sentimientos que
experimentan y lo importante que es el que sean capaces de identificarlos y
trabajarlos, en el documento de FEAPS sobre el que llevamos trabajando este
monográfico de hermanos también hablan sobre ello:
Me parece muy
importante esta última parte donde entran en juego la actitud de los adultos
ante esos sentimientos negativos. En general es cierto que tendemos a no
expresar los sentimientos, ni los positivos ni mucho menos los negativos.
¿Cómo van a
ser capaces los más pequeños de expresarlos si ni nosotros mismos lo hacemos?
¿Dónde queda
el dar ejemplo a nuestros hijos?
Muy en la
línea de este Manual de MRW, aunque dirigido al público infantil en general, se
encuentra el libro EMOCIONARIO, un diccionario de emociones que describe, con
sencillez, cuarenta y dos estados emocionales para aprender a identificarlos y,
así, poder decir lo que realmente sentimos.
Nuestras
amigas del blog REFUGIO DE CRIANZA hicieron un post maravilloso hablando y
trabajando este libro. Os lo dejo AQUÍ a ver qué os parece.
Es muy
habitual escuchar de estos niños que son más maduros y responsables que el
resto, que el hecho de crecer y conocer desde pequeños lo que conlleva un niño
con discapacidad les hace más conscientes de sus privilegios, de sus
capacidades, etc…..pero no puede obviarse el hecho de que siguen siendo niños.
Con sus rabietas, su inmadurez y su falta de aprendizaje.
No podemos
exigirles ser lo que no son, hacerles crecer antes de tiempo ni ser adultos con
cuerpo (y mente) de niño. Y supongo que sería muy fácil caer en ese error,
apoyarnos demasiado en ellos casi como en un igual, forzándoles sin querer a
adoptar el rol de otro cuidador de su hermano, cuando no es el momento.
No cabe duda
de que nosotros los padres, con nuestra actitud ante la discapacidad de uno de
nuestros hijos, somos el espejo en el que se mirarán y del que deben aprender.
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