Sobrellevar la pérdida de un amigo cercano o un familiar
podría ser uno de los mayores retos a los que podemos enfrentarnos. Cuanto más
si se trata de un niño.
Tras un curso escolar
especialmente negro en este sentido, nos pusimos a pensar en lo necesario que
es saber pasar la etapa del duelo. Puede que veamos la pérdida como una parte
natural de la vida, pero en ocasiones especiales nos puede llegar de golpe y
confundirnos, pudiendo dar lugar a largos periodos de tristeza.
Todos reaccionamos de forma diferente
a la muerte y echamos mano de nuestros propios mecanismos para sobrellevar el
dolor que ésta conlleva. Las investigaciones indican que el paso del tiempo les
permite a la mayoría de las personas recuperarse de la pérdida si puede contar
con apoyo de su entorno social y mantiene hábitos saludables. Aceptar la muerte
de alguien cercano puede tomar desde meses hasta un año. No hay una duración
“normal” de duelo.
El duelo puede incluir tanto síntomas físicos
(dolores de cabeza, llanto, falta de apetito, problemas de sueño, opresión en
el pecho) como emocionales (ansiedad, culpa, desorganización…).
Algunas de las estrategias que se aconsejan
seguir en estos casos son las siguientes:
- Hablar sobre la
muerte de esa persona con amigos y colegas
- Aceptar los propios
sentimientos
- Cuidarse a uno mismo
y a los que tenemos alrededor
- Acordarse de la
persona fallecida, rememorar anécdotas vividas, ver fotos, etc..
- Ayudar a otras personas a sobrellevar la perdida. Al
ayudar a los demás, también nos sentiremos nosotros mejor.
Ponerle palabras a este suceso no
resulta nada fácil y menos aún si se trata de comunicárselo a los más pequeños.
Sin embargo, la muerte es un hecho ineludible de la vida, es decir, todos los
seres humanos vamos a tener que enfrentarnos a ella, por ello es importante
poder disponer de recursos que nos ayuden a afrontar esta realidad de la mejor
forma posible. Ocultar, temer, callar o dar respuestas y explicaciones erróneas
sobre lo que sucede a nuestro alrededor sólo hará que la experiencia de la
muerte, además de resultar sumamente dolorosa, pueda convertirse en algo
complicado o patológico.
Los más pequeños acusan de igual manera la
muerte de sus seres queridos, sienten y se cuestionan muchas cosas. Sus
preguntas, sus temores, sus inquietudes y su dolor han de ser escuchados y
atendidos.
Muchas son las dudas que nos
sobrevienen en el momento en que nos planteamos hablar y atender a los niños y
adolescentes cuando fallece una persona de su entorno.
Todos los
adultos sentimos la necesidad imperiosa de proteger a los niños del dolor y del
sufrimiento que supone perder a un ser querido.
Los niños preguntan, juegan, dibujan y
elaboran teorías sobre las cosas que ven, intuyen y desean saber. De la misma
forma que un niño construye su propia teoría acerca del nacimiento y de dónde
vienen los niños, lo mismo hacen sobre la muerte y el más allá.
Erróneamente, pensamos que lo mejor es
que de momento no sepan nada porque creemos que, si no saben, no existirá para
ellos. Pero, en realidad, no es esto lo que sucede: cuando los niños no saben,
pero intuyen y desean saber, lo que hacen es inventar sus propias teorías. Así
que, ante su curiosidad, el niño inventa, porque lo que vive con mayor angustia
es que sus intuiciones queden sin explicación.
No debemos dejar al niño “a solas” con su mundo de
fantasía. Cuando nos pregunta es porque necesita aclarar lo que él mismo
construye. Es importante fijarse en qué pregunta y responder de acuerdo a su
edad, pero siempre ser sinceros sobre sus dudas. Esto le calmará y le servirá
para confiar en nosotros.
Buscando documentarnos sobre el duelo, nos encontramos
con una guía elaborada en 2012 por la Fundación Mario Losantos del Campo, una
entidad que trabaja para contribuir al desarrollo integral del ser humano,
mediante acciones específicas centradas en los ámbitos de la salud y la
educación. Puedes descargarla AQUI
En ella hablan de 4 conceptos clave sobre la muerte:
- La muerte es
universal: todos los seres vivos mueren
- La muerte es
irreversible: cuando morimos, no podemos volver a estar vivos nunca.
- Cuando
morimos, el cuerpo ya no funciona.
- Toda muerte
tiene un porqué
Os animo a echarle un vistazo a esta guía, pues en algún
momento de nuestra vida deberemos poner en práctica lo que recoge.
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