martes, 19 de julio de 2016

VERANEANDO....

A medio disfrute de las vacaciones, aunque en el norte no nos hayamos dado cuenta casi ni de cuando empezaron….volvemos tras dos semanas de descanso en familia y en la playa. Y cuando digo en familia, no solo me refiero a nosotros cuatro, no, no…sino que estos últimos años nos hemos reagrupado (nosotros, mis padres y mi hermano, su novia y la perra) y todos juntos (e intentando que no revueltos) nos acomodamos entre la playa y la piscina.

No dudo que para algunos este plan les horrorice y lo vean muy lejos de su idea de vacaciones, pero sinceramente, con dos niños pequeños nuestra idea de descanso está más cerca de repartir la carga entre 6 adultos.

Ni que decir tiene que lo pasamos en grande, obvio sino no repetiríamos año tras año. Los padres de las criaturas delegan parte de las tareas de cuidado de los enanos , los abuelos disfrutan de una convivencia más estrecha con los peques, viendo otras facetas suyas, y los tíos, que viven lejos y no los ven tan asiduamente, los malcrían y enseñan todas las maldades que se les ocurren.  Noa, su perra, encantada con Diego y huyendo de Nacho que le da miminos……a su manera, pero encantada!  porque también aprendió enseguida a compartir su comida con ella.

Y ellos, Nacho y Diego, encantados con tanto bullicio, con tanta atención por todas partes, dejándonos embobados con sus muestras de cariño mutuo, incluso con kilos de arena de por medio, disfrutando de estar rodeados de gente súper relajada.

Y, aunque con algún sustillo sin mayor repercusión (no podíamos dejar de conocer el centro de salud del pueblo y que conocieran a nuestro Diego, hasta ahí podíamos llegar!!!) sin duda repetiremos mientras podamos (y nos dejen…jeje).

Para los que todavía no estén horrorizados por nuestros planazos veraniegos, deciros que tras pasar dos semanas con unos abuelos, allá que cogimos el petate y a la otra abuela y nos pasamos cuatro días todos juntos (y tampoco revueltos!). La abuela hizo más ejercicio que en todo el invierno yendo detrás de Nacho y jugando con él. Diego recibió todos los mimos que quiso y sus padres disfrutaron de lo lindo entre tapitas y cervecitas.


Hasta aquí, todos contentos. 


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