Hace unos dias Diego perdió a uno de sus abuelos, pero no es de eso de lo que os queremos hablar hoy, sino de la relación tan especial que los unió a ambos desde el primer momento, y del efecto que Diego producia sobre él.
El abuelito estaba enfermo desde hacía muchos años y tenía dias mejores y otros peores, pero independientemente de cómo se sintiera él, lo primero que hacia al vernos era preguntar "¿cómo está Diego?" "¿cómo durmió?" "¿cuánto comió?"..... y sobre todo, "¿cuándo me lo traéis?", olvidándose así de sus propias molestias.
Aunque el abuelito estuviera durmiendo, en cuanto entrábamos por la puerta se despertaba y empezaba a llamarlo con una sonrisa que le llenaba la cara. Diego por su parte le respondía con risas y rápidos pataleos con las piernas. Pasaron muy buenos ratos el uno tumbado junto al otro, enfrascados en charlas que solamente contenian la letra "A", pero en las que los dos se olvidaban de las cosas que les pudieran molestar.
Se convirtieron en compañeros, luchadores que no se frenaban ante nada, contagiándose las ganas de vivir y disfrutar, haciéndose más felices el uno al otro.
Por eso queremos darte las gracias, Diego, porque aparte de muchas otras cosas, durante estos 17 meses conseguiste hacer feliz al abuelito de una manera que no conseguimos ningún otro.
Hola Tatiana, Jorge y Diego: Precioso vuestro blog, he llegado a él gracias al Whats app, con el que a veces vuelves a encontrar a personas de las que hace mucho que no sabes nada. Soy Gema, compañera de coro de Jorge y mamá reciente de una nena. Me ha emocionado leer vuestras experiencias y ver el valor de ese pequeñajo; nada hay como la sonrisa de un niño. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarQué bonito chicos... Soy Luisa. Yo también lo vi en el whatsapp. Os leeré! Porque me parece una idea estupenda y, sobre todo, porque así vamos sabiendo del campeón! Un besazo!
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ResponderEliminarGracias chicas, nos encanta saber que os gusta y si le sacais algo de rendimiento, genial!.
Por cierto Gema enhorabuena por tu pequeñaja!!
Precioso!!! De verdad, qué bonito! Me he emocionado mucho! Un beso enorme desde Londres :)
ResponderEliminarQueridos Jorge y Tatiana,
ResponderEliminarNo sois conscientes de lo que pensamos en vosotros últimamente. No sólo por las dificultades que conlleva un impedimento en el desarrollo de un niño, sino por la gran complejidad de cuidar de un bebé, del cambio tan tremendo que produce en la vida de los padres una nueva criatura que requiere la atención de 24 horas al día, la incertidumbre de si lo haré bien o mal, si seré un buen padre o no, y todo envuelto en un marco incomparable como es la situación actual. Si a esto le sumamos una parálisis cerebral yo lo veo un gran reto.
Las situaciones suceden como lo hacen y nadie sabe por qué, pero tampoco importa, simplemente hay que asimilarlo y tirar para adelante sin pensar demasiado.
Desde un tiempo a esta parte, he tenido noticias de acontecimientos que marcaron las vidas de muchas personas y familias enteras que vivieron despreocupadas hasta el momento, y todo de la noche a la mañana, de forma incomprensible, y es que hay poco que comprender, las cosas suceden y ya está. Creo que forma parte de la vida en sí, que ni es justa, ni pregunta a nadie, ni tiene razón pero ahí está.
Lo importante es ver la evolución desde el punto de vista de cambio que tiene la vida, uno nunca es lo que era y siempre está cambiando. El secreto del éxito es ser capaz de adaptarse a la nueva situación, aceptarla como viene sin evaluarla ni juzgarla y seguir viviendo esperando lo que nos deparará el futuro.
Yo os deseo que tengáis la fuerza suficiente para dar pasos en la vida sin evaluar mucho las cosas, porque a veces lo que nosotros catalogamos como algo malo o negativo, resulta ser todo lo contrario, la capacidad para evaluarlo es sin duda muy a posteriori y la información nos la otorga la propia vida.
Es como si un agricultor se lamentase por una aloe vera que apareciera en su huerto por considerarla “mala hierba”.
Un abrazo muy fuerte a los tres.
Dani y Vane.