lunes, 3 de septiembre de 2018

COMO AYUDAR A LOS NIÑOS/AS A ENTENDER Y CONVIVIR CON LA DISCAPACIDAD DE OTROS

El informe de Unicef del año 2013, El Estado de la Infancia, se centra en los niños y niñas con discapacidad, llamando la atención sobre las barreras a las que tienen que enfrentarse, desde edificios inaccesibles hasta actitudes despectivas y discriminación en todas sus formas, las cuales aún se mantienen a día de hoy.  Todo ello les aísla, les excluye de la sociedad y les priva de derechos que otros niños sí disfrutan.
Entre los factores estudiados por Unicef para lograr una sociedad igual para todos se destaca la educación como uno de los principales ámbitos de trabajo. Señalan que es importante contar con herramientas en las escuelas que ayuden a todo niño/a con necesidades especiales a aprender, integrarse y convivir como el resto.
La educación va más allá del ámbito escolar y los padres tienen un papel fundamental en la educación en valores de sus hijos/as ya que, según la teoria de Albert Bandura, los niños/as aprenden por imitación siguiendo el modelo de sus padres, sobre todo en lo referente a habilidades o comportamientos sociales. 
Cuando se trata de enseñar a sus hijos sobre la discapacidad de otras personas los padres pueden tomar posturas muy distintas: desde aquellos padres que regañan a sus hijos cuando preguntan qué le pasa a ese niño o niña, hasta otros que con toda naturalidad dejan que sus hijos se acerquen e interactùen con ese niño o niña. 
Hay algunas actitudes en los papás/mamás que son bastante comunes y se repiten. Por ejemplo, decirle a sus hijos que no miren o no se acerquen a la persona con discapacidad o bien darles una explicación general y poco clara sobre ellas, pudiendo generar errores sobre la manera de entender la discapacidad. 
Considerando que hasta los progenitores mejor intencionados pueden “meter la pata“, os vamos a dar unos consejos sobre cómo ayudar a vuestros hijos a crecer con una visión correcta de la discapacidad:


  • Trata la discapacidad con naturalidad. Los niños son curiosos por naturaleza y no tienen filtros por lo que es normal que ante algo que no conocen y que les llama la atención pregunten y hagan comentarios. Escúchale y respóndele en la medida de tus posibilidades y de su edad, no censures su curiosidad ni evites el tema. A veces las actitudes negativas son fruto de la falta de información o el miedo ante lo desconocido. Es normal que los pequeños se queden mirando fijamente a la persona con discapacidad, ¡no pasa nada! No dudes en animarle a acercarse y preguntarle directamente a la persona con discapacidad o a sus padres las dudas que tenga. Cuantas más dudas le aclares y mejor lo entienda, menos importancia le dará a la discapacidad de la otra persona. 
  • Cuida los términos. Explícale las cosas con sencillez y cariño, llamando a las cosas por su nombre con claridad, porque eso es lo que los niños necesitan. Ten cuidado con los términos que eliges y evita palabras que puedan resultar despectivas o incorrectas. Háblale también de las cualidades de la persona, no sólo de su discapacidad, para que entienda que ésta no es más que otra característica más de la persona, no lo que la define. 

  • Ten cuidado con tu propia reacción. No es ningún secreto que los niños/as son como esponjas y que de inmediato se dan cuenta de lo que están sintiendo sus padres. Ponerte nervioso/a, incómodo/a o con miedo frente a personas con discapacidad hará que tu hijo/a se sienta exactamente igual. Trata de poner tus propios sentimientos a un lado por el bien de tu hijo/a. Es fundamental que des ejemplo con tus actitudes y con tu manera de relacionarte con personas con discapacidad, bastará con gestos tan sencillos como ceder el paso, ayudar, compartir, defender a quien no puede hacerlo o aceptar lo que es diferente.
  • Enséñale la diferencia entre apoyo y compasión. Inculca a tu hijo/a la importancia de ayudar y apoyar a quien lo necesita, pero hazle ver que esa persona no es inferior ni debe subestimarla, solo tiene unas necesidades diferentes a las suyas. Preguntar siempre es un buen paso previo antes de ayudar a una persona con discapacidad. Puedes enseñar a tu hijo/a a que si quiere acercarse a un niño/a con discapacidad, no necesariamente tiene que ser para ayudarle en algo, puede acercarse para saludarle, hablar con él/ella o invitarle a jugar. Trata de que vea que, aún con las diferencias, puede encontrar la manera de convivir con él o ella, viéndole como una persona autónoma que puede tomar decisiones.
  • Promueve la inclusión. Las actitudes que tú tomes frente a la discapacidad y la manera en que se la expliques a tu hijo/a tendrá efectos muy importantes en su manera de ver las diferencias, pero lo que más logrará este efecto será si tu hijo/a puede convivir cotidianamente con niños y niñas diferentes a él/ella: en el colegio, el parque, en tu círculo de amigos/as.... 

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