lunes, 11 de junio de 2018

PRACTICA LA ATENCIÓN PLENA

“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.” Viktor Frankl

El mindfulness se puede definir como una técnica de meditación que consiste en poner atención plena en el momento presente sin juzgar, con aceptación y curiosidad.

La práctica de mindfulness nos demuestra que un estado de atención plena y consciente nos puede ayudar a reducir el estrés, a ser más creativos y a valorar las situaciones con mayor objetividad para disfrutar más de lo que hacemos y poder controlar nuestra reacción ante las emociones.

                          Imagen relacionada

Las personas que son verdaderamente felices pueden aceptar sus emociones y pensamientos sin juzgarlos. Es decir, son capaces de reconocer cuáles son sus emociones y qué sensaciones experimentan a través de ellas, pero no se dejan llevar impulsivamente por estas. Reconocen su ira, sus miedos, su resentimiento, su frustración..... pero en lugar de dejarse invadir por ellos, los aceptan.

Para ser emocionalmente más fuertes, necesitamos tomar conciencia de lo que deseamos ser y, de lo que queremos y no queremos en nuestras vidas. Una vez tenemos claras nuestras prioridades, ya no habrá espacio para las inseguridades.
“El mindfulness significa prestar atención de una forma especial: a propósito, en el momento presente, y sin críticas”  Jon Kabat-Zinn
Aquí os dejamos 3 ejercicios facilitos para introducirnos en la práctica del mindfullnes o atención plena: 

  1. Ejercicio de consciencia de los sonidos. Comienza notando los sonidos de tu cuerpo, los sonidos de la sala en la que estás, los sonidos del edificio y, finalmente, los sonidos del exterior. Escucha sin esfuerzo. Sigue así durante unos diez minutos más.
  2. Caminar sin rumbo. Camina hacia el parque o un espacio abierto en la naturaleza. Explora el lugar sin ningún propósito. Empieza percibiendo la sensación de los pies al pisar y desprenderse del suelo. Parte en una dirección. Asimila todo cuanto ves y sientes. Cuando tus pensamientos se alejen en una dirección diferente, procura que tu atención vuelva a centrarse en tus pies.
  3. Atención plena. enfoca toda la atención en tu respiración durante un minuto. Deja abiertos los ojos, respira con el vientre en lugar de con el pecho y trata de respirar por la nariz y que salga por la boca. Céntrate en el sonido y el ritmo de la respiración. Prepárate para que la mente deambule (porque lo hará) y tendrás que esforzarte por devolver la atención al objetivo cada vez que esto pase.

                             Imagen relacionada

No hay comentarios:

Publicar un comentario