lunes, 4 de diciembre de 2017

CALIDAD DE VIDA O VIDA DE CALIDAD

Hace unos días vimos el programa de Samanta y la maternidad. Más que indignarnos, a nosotros nos dio pena. Pena de cómo puedes pasar esos  momentos tan importantes e irrepetibles, y en lugar de disfrutarlos al máximo, empeñarse en buscarles las pegas. 
¿Qué pensarán esos hijos cuando oigan que de haberlo sabido no los hubieras tenido?

Conste que no  pretendemos juzgar quien es o no buena madre/padre, como no se me ocurriría insultar en Twitter a Soraya por salir a cenar cuando su niña tenía seis días, cada uno vive su vida y  solo expresamos lo que pensamos y sentimos como padres.


Cuando tienes un hijo tu vida cambia. Mucho. Eso es algo que ya sabes (o deberías saber) antes de tenerlo y, o lo asumes, o nunca vas a ser feliz. Nosotros lo sabíamos y lo teníamos asumido, y menos mal!!!  porque en nuestro caso sí que nos cambió mucho la vida.

Qué duda cabe que en la teoría todo cambio que te cuenten, y te los cuentan ¡vaya que sí!, va a ser mucho más fácil que en la práctica. Que a la hora de la verdad nadie te prepara para lo que supone la maternidad/paternidad. 


Cuando oímos la ya famosa frase “perdí calidad de vida”  nos parece extraño, porque lo que realmente es calidad de vida, superadas las necesidades básicas de alimento y techo, lo decides tú. Para nosotros no es perder calidad de vida cambiar salir por la noche por quedarme en casa con los peques. Ni relegar tus necesidades a las suyas. Ni mucho menos tu tiempo al suyo. 

No es cuestión de esclavizarse, ni de convertirte en una sombra que vive a través de su hijo y solo se realiza a través de sus acciones. No nos vayamos al otro extremo tampoco. Tan malo es lo uno como lo otro. 

Tener un hijo es, posiblemente, lo más complicado que vayas a hacer en la vida, pero también lo más gratificante, y no disfrutar de ello simplemente por intentar que tu vida no cambie es lo que nos parece muy triste, ya que en la vida es bueno y necesario evolucionar.
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Tener un hijo es dejar de mirarte el ombligo pensando que es el punto sobre el que gira el universo y darte cuenta que siempre va a haber alguien más importante que tú. 


Es disfrutar la vida a través de otro, porque si él ríe tú ríes, si él disfruta tú disfrutas y si él es feliz tú mucho más.....

Nosotros intentamos disfrutar intensamente de nuestros hijos y es, sin duda, Diego el que más nos ha enseñado de esto, el que nos ha hecho ver que la vida es el día a día, es cada pequeño momento, cada sonrisa, cada triunfo por insignificante que parezca. Todos esos instantes que si no los vives, ya no se repetirán jamás.

Estamos empeñados en tener una vida de calidad, a pesar de tener un niño con discapacidad, a pesar de que andemos corriendo de un lado a otro todos los días, de que los martes parezcan final de semana, de que nos podrían convalidar asignaturas de fisioterapia, enfermería, medicina y unas cuantas profesiones más, a pesar de que el hospital sea nuestra segunda residencia.......a pesar de todo eso, somos muy cabezones y queremos que nuestra vida y la de nuestros hijos tenga calidad. 
 
Somos así de inconformistas.






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