Sentirte comprendido. Creo que esa es la sensación que todos buscamos cuando nos damos cuenta de que nuestro hijo no va a ser como los demás. Y nuestra vida no lo será tampoco.

Para conseguir todo esto de lo que hablamos es fundamental el contacto con otros padres/madres en tu misma situación.
Aunque resulte increíble llevamos años dándonos cuenta de que esta es una de las mayores asignaturas pendientes dentro de nuestro colectivo de personas con parálisis cerebral.
Las razones seguimos sin tenerlas claras: falta de ganas, de tiempo, dejadez, pasotismo.... Creednos que le hemos dado muchas vueltas y no hemos llegado a ninguna conclusión. Se nos llena la boca pidiendo la normalización para nuestros hijos, su inclusión como personas de pleno derecho en nuestra sociedad, pero a la hora de la verdad nos quedamos en casa cuando de verdad hay que moverse. Y si no nos movemos nosotros, quién lo va a hacer?!!
Nos sentimos solos y renegamos del mundo que tenemos a nuestro alrededor, hartos de que no nos comprendan, pero cuando por fin nos dan una oportunidad de compartir experiencias y enriquecernos de las experiencias de otros, decidimos no participar y quedarnos rumiando a solas.
Pues que queréis que os diga. No lo entiendo. Quizá es que nosotros somos de los que nos metemos de cabeza en todos estos tinglados, pero es que verdaderamente creemos en ello. Creemos firmemente en su beneficio, en lo positivo que nos llevamos a casa, en el bien que nos hace a nosotros, pero sobre todo a ellos, porque, al fin y al cabo, son ellos quienes nos mueven. Siempre.