Tanto la relación médico-paciente, como la comunicación que se da entre éstos ha sido objeto de estudio científico en multitud de ocasiones, y podemos darle las vueltas que queráis, pero sigue siendo el talón de aquiles del trabajo médico.
Ya puedes ser un gran profesional, con dilatada experiencia, reconocimientos varios y abundantes conocimientos sobre la materia que te toca, que si no eres capaz de explicarme a mi, paciente, profano en la materia, y hasta arriba de dudas, preguntas e ideas preconcebidas..........no eres buen médico. Porque de nada me servirá tu experiencia ni tus conocimientos si no voy a confiar en ti.
Y no me es posible confiar porque necesito que aclares mis dudas en un lenguaje que yo comprenda, sea al nivel que sea, necesito que me tranquilices, que escuches mis argumentos y me corrijas si es que estoy equivocada, que me expliques todos los pasos que voy/vas a tener que dar.
Y todo esto necesito que me lo digas de tú a tú, de profesional a profesional, porque cada cual es profesional de lo suyo, y al igual que yo tengo que explicar paso a paso los trámites y documentación necesaria para solicitar una ayuda, las veces que haga falta hasta que salgan del despacho con toda la información clara, tu deber es hacer lo mismo, no despacharme con cuatro datos estadísticos, tres estudios, dos explicaciones y un bufido.
Porque asi no podré fiarme de tu criterio, y quizá sí del de otro colega con mucha menos experiencia que tú, pero mucha más empatía, que aclarará mis dudas, apaciguará mis miedos o me dará el coraje suficiente para hacerles frente. Y sí, en muchas ocasiones deberé pagar de mi bolsillo esa tranquilidad, para bochorno de tu gremio y penuria para mi economía, que se resentirá si encuentra muchos "profesionales" como tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario