Puede que alguno nos haya echado de menos últimamente, ya que llevamos unas semanas que tenemos el blog un poco abandonado.
El caso es que hemos tenido ingresado a Nacho durante tres semanas por una neumonía causada por la bacteria del neumococo, sí, sí, el mismo bicho del que nos protege la vacuna prevenar.
Como comentamos en el ultimo post, esta vez ,contrariamente a lo que estamos más acostumbrados, ha sido Nacho el enfermo.
El caso es que por más veces que te pase, nunca consigues acostumbrarte a esa ruptura que se produce entre tu vida y el resto del mundo cuando tienes a tu hijo ingresado.
Para ti todo se para, lo más importante es estar con tu hijo y que se recupere. El tiempo en el hospital pasa muy despacio y la espera de noticias, pruebas, medicaciones....es eterna.
Y mientras tú estás en inmerso en esa realidad la vida continua, la tierra sigue girando y el resto de los mortales siguen con su día a día: en tu trabajo, en su cole, en tu comunidad de vecinos... todo sigue avanzando a la vertiginosa velocidad de siempre.
Esto hace más difícil todo porque a ti no te queda más remedio que intentar seguir el ritmo corriendo con el mundo, y eso no es posible para ti, ni en el trabajo ni en tu casa.
Está todo sin hacer y eso te hace sentirte culpable.
Caso aparte es la gente que a tu alrededor no entiende que en ese momento lo que te importa está detenido en el hospital y les parece mal que dejes de lado lo que para ti es secundario.
Gracias a Dios, estos periodos pasan y siempre tienes a mucha gente, tanto en el hospital como fuera que realmente se preocupan por ti y te apoyan.
Así que, de momento, crisis superada y a correr para alcanzar al mundo, que se ha adelantado mucho!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario