Hoy vivimos
uno de esos momentos en los que estás muy contento, pero al mismo tiempo estás
triste.
Estamos
contentos porque nos mudamos, nos vamos a una casa más grande y bonita, que
además está a 5 minutos de los abuelos maternos y donde estamos rodeados de
amigos de Diego (Marco, Aitor, Dani, Andrea, Mateo...) y muchos amigos de papá y
mamá.
Sin embargo, todo
esto no nos quita la pena que nos da dejar nuestra casina. La casa que nos vio
nacer, primero como pareja, y más tarde como familia, en la que estuvimos tan cómodos durante estos últimos
años.
Y qué decir de tantas personas a las que hemos conocido y que nos han
acogido como si fuéramos de la familia:
Nuestros vecinos, Jose, Belén y Marta,
siempre preocupados por nosotros y por Diego.
La farmacia, donde Mª Carmen, Mario, Olga y Nati nos mimaron desde el primer momento, y no sólo a Diego, ¡su niño!.
Y no nos podemos olvidar de la Confiteria, donde Bego siempre tiene algo preparado para endulzarnos la mañana. ¡¡Qué rico está todo en la Confi de
Trubia!!!, también a ellos los echaremos mucho de menos.
Pero bueno,
no nos vamos a hacer las Américas.....estaremos cerca y pasaremos de vez en
cuando a hacerles una visita, y así seguirán viendo como el pequeño Diego va
haciéndose cada día más grande.
Desde aquí
muchas gracias a todos
por hacernos más fácil el día a día.
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